Y estamos tan agustitooooooooo.....ahahahhahahhaaaaa

va caperucita por el bosque y se encuentra al lobo,,y le dice el lobo,,¿donde vas caperucita? le responde ella,,,al rio a lavarme el c...,,,el lobo pone cara de susto y responde ¡¡¡¡¡jostias como ha cambiau el cuento¡¡¡¡

Va Pepiño Blanco de visita al Valle de los Caídos para ver como va el desmantelamiento del Santuario y estando cerca del mausoleo de Franco oye una voz de ultratumba que le dice:



Pepiñoooo ve a buscarme un caballo

Pepiño todo asustado va junto a José Luis Rdguez Zapatero y le cuenta
lo sucedido

Zapatero le dice que eso hay que consultárselo a Rubalcaba. Van junto
a Rubalcaba y éste decide que hay que ir a comprobarlo in situ

Llegan los tres al Valle de los Caídos y .... nada no se oye nada.
Zapatero y Rubalcaba se rien de Pepiño y le dicen:

Tu eres tonto Pepiño, como va a hablar un muerto.

Y cuando ya se va a ir, se oye la voz de ultratumba que dice:

Pero mira que eres tonto Pepiño, yo te dije que quería un caballo, no dos burros

yo ese me lo se ero con otros dos,,,el rajoy y el camps, jajajajjaja

Tres hombres de diferentes lugares se casan



El primer hombre se casa con una madrileña. El día después de la boda le dijo que tenía que lavar los platos y que la casa tenía que estar súper limpia, cada día. Al hombre le costó un par de días ver mejoras en la casa un par de días. Pero, para el tercer día, la casa ya estaba reluciente y los platos limpios y guardados.



El segundo hombre se casó con una mujer de Andalucía. El día después de la boda le dio órdenes de limpiar la casa a fondo, lavar los platos y cocinar bien. El primer día el hombre no vio ningún resultado; pero al día siguiente la mujer fue mejorando. Al tercer día el hombre ya empezó a ver la casa súper limpia, los platos limpios y colocados en su sitio y un gran banquete en la mesa como cena.



El tercer hombre se casó con una mujer gallega. El día después de la boda le ordenó que la casa estuviera siempre impecable, los platos limpios y colocados en su sitio, la ropa lavada, doblada y planchada y la mesa puesta y la comida lista esperándolo cada día cuando él llegara de trabajar. El primer día él no vio nada. El segundo día tampoco vio nada. Para el tercer día la hinchazón de los ojos ya le fue bajando y pudo ver un poco por el ojo izquierdo. Y el brazo ya no le dolía tanto y pudo prepararse un bocata él solito y vaciar el lavavajillas. Aunque, para beber sin dientes, seguía usando pajita.